"A partir del '76, la tasa de ganancia financiera
es más atractiva que la productiva"
es más atractiva que la productiva"
En esta emisión, contamos con la participación de Marcelo Rougier, Dr. en Historia, Docente e Investigador UBA-CONICET, y con Eduardo Gálvez, Dr. en Historia, Docente e Investigador UBA-CONICET, para reflexionar sobre el sector manufacturero en Argentina en el siglo XX.
Para comenzar, en cuanto a la existencia de una homogeneidad en las políticas industriales, Marcelo afirmó que "no hay políticas industriales homogéneas ni mucho menos en Argentina. Ni siquera las hubo en el propio proceso de Industrilización por Sustitución de Importaciones (ISI); me estoy refiriendo a los años 1930-1976. En realidad, buena parte del desarrollo, del crecimiento industrial de la Argentina de inicios de la década del treinta se hace a pesar de las políticas económicas que no son claramente industrialistas, sino que trataban de preservar lo que podía quedar y sostenerse del modelo agroexportador. Pensemos en el Pacto Roca-Runciman a principios del '30 o las políticas cambiarias. Esas políticas no son favorables a la
industria; sin embargo, las restricciones externas, la imposibilidad de poder importar, etc., hacen que surjan o crezcan algunos sectores y empresas sin políticas decididamente industrialistas. Ahora, cuando el sector industrial ya está instalado, comienzan a aparecen en el contexto de la Segunda Guerra Mundial políticas más decididamente industriales".
industria; sin embargo, las restricciones externas, la imposibilidad de poder importar, etc., hacen que surjan o crezcan algunos sectores y empresas sin políticas decididamente industrialistas. Ahora, cuando el sector industrial ya está instalado, comienzan a aparecen en el contexto de la Segunda Guerra Mundial políticas más decididamente industriales".
Luego, con respecto a la orientación del sector industrial, el Dr. Rougier comentó que "inicialmente, las políticas industriales tendieron a satisfacer las necesidades de mercado interno, sustituyendo las importaciones. En esta línea aparecen las políticas industriales del peronismo y el primer Plan Quinquenal. Acá no hay un plan de definiciones específicas sobre el sector industrial, sino que están contenidas en una ampliación del mercado interno, una mejora notable de los ingresos de los trabajadores y del consumo, y en un crecimiento significativo del sector. Sin embargo, prontamente aparecen algunos problemas en el sector externo, unos cuellos de botella, un estrangulamiento, derivados de la falta de divisas para sostener el nivel de importaciones que requería el sector industrial. Básicamente, el sector industrial requiere insumos, maquinarias, combustibles, para sostener su crecimiento; pero tiene un déficit porque no exporta y está vinculado al mercado interno".
"Las divisas son aportadas por el sector tradicional o agropecuario, y el sector industrial tiene un déficit muy importante porque no está integrado (no produce maquinarias, insumos de uso intermedios, etc.), por lo que debe importar. Esto es lo que aparece rápidamente en el contexto de los años cuarenta; hacia 1948-1949 se sucita una crisis por falta de divisas y el peronismo modifica -en parte- su política alentando la producción agropecuaria. Entonces, el segundo Plan Quinquenal tiene dos lineamientos: por un lado, tratar de desarrollar la producción agropecuaria, estimular el agro; pero, por otro lado, avanzar y profundizar la industrialización. sustituir bienes más complejos. La propia crisis termina definiendo políticas industriales que, quizás, no estaban en el proyecto inicial del peronismo; pero siempre dentro de un modelo económico que está centrado en el mercado interno. Todavía no se plantea como alternativa la salida exportadora, la cual vendrá tiempo después", agregó Marcelo.
Más tarde, en referencia a los acontecimientos en el sector industrial a partir de 1976, Rougier planteó que "cuando uno dice que, despúes del '76, hay una política de desindustrialización o lo que sucede es la desindustrialización, hay que manejarse con cuidado. Quizás hay una caída en la participación del sector industrial en el total del producto, una pérdida notable de puestos de trabajo, una desintegración del entramado productivo, etc., pero sin embargo hay algunos grupos económicos y empresas que tienen muy buenos beneficios y se expanden en este proceso. Entonces -digo- la política quizás no necesariamente es una política industrial. A veces lo que hay que mirar de la política industrial en el sentido estricto serían las medidas específicas que promueven el desarrollo de ciertos sectores o empresas; pero quizás también hay que comprender las políticas más macro vinculadas al tipo de cambio, fiscales, monetarias, etc., las cuales afectan las condiciones en las cuales se desarrollan los negocios y al sector industrial".
En cuanto a las ideas que tienen los empresarios con respecto a la política industrial, "del '76 en adelante, tanto en escala nacional como global, empieza a pesar cada vez más fuerte el aspecto financieros -las ganancias-. Y la ganancia empieza a ser más interesante que la inversión productiva o industrial. En el marco en el que las tasas de ganancia financiera son más altas que las tasas de ganancia productivas, los grandes grupos empresarios empiezan a invertir la mayor parte de sus ganancias en el aspecto financiero. Y eso es una marca muy fuerte", afirmó el Dr. Gálvez.
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