Programa 143

"No se va a solucionar el problema de empleo si todo el mundo termina el secundario"



En esta emisión, contamos con la participación de Fernando Groisman, Investigador UBA-CONICET y Docente en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), para reflexionar sobre la informalidad laboral y salario mínimo.

Para comenzar a adentrarnos en la temática, Fernando planteó que "indudablemente, lo que ocurre en el mercado de trabajo determina las condiciones de vida del conjunto social. Por lo tanto, analizar lo que ocurre en el mercado de trabajo es crucial si uno tiene algún tipo de interés por tratar de identificar cambios, continuidades, rupturas en la estructura social. Uno tiene que tratar de identificar cuáles son los factores que están operando en el mercado de trabajo porque el mecanismo de ajuste no es uno solo. Para poner un ejemplo: históricamente, en Argentina el aumento de la tasa de desocupación no era un fenómeno relevante; recién lo fue en los años '90".

En cuanto a las variables que entran en juego en el análisis del mercado de trabajo, además de la coyuntura económica, una de ellas sería la fijación de un salario mínimo. "Hay alguna controversia en cuanto a los efectos que tiene la Asignación Universal por Hijo. Para resumirlo... Algunos sostienen que un salario mínimo tiende a generar un impacto negativo sobre el empleo. En la medida en que el salario mínimo se fija por encima del salario que el mercado pagaría, esto tiende a desalentar la demanda de empleo; por lo tanto, el resultado sería que aumenta la desocupación y, en consecuencia, un aumento de la presión sobre los salarios de quienes están ocupados. Éste último se da a la baja y, en consecuencia, se instrumentó un salario mínimo con el propósito de mejorar la situación de los que menos ganan, pero el resultado es exactamente el opuesto. Otros dicen exactamente lo opuesto. Como la economía -en el caso argentino- funciona en un mercado monopsónico (es decir, el empleador tiene un márgen de fijación del salario por encima de la productividad marginal del trabajador), la fijación de un salario mínimo no tiende a generar una contracción en la demanda de empleo. Todo lo contrario: tiende a provocar un aumento del empleo porque esto obliga al empresario a mejorar su eficiencia interna. En la medida que mejora su eficiencia interna y mejora la organización de su proceso productivo, aumenta la productividad global y aumenta, por tanto, la demanda de empleo", sostuvo Groisman.

"Hoy en día, cualquier aviso para cubrir cualquier tipo de trabajo, aunque no requiera ese puesto de trabajo un saber específico, es requisito tener el secundario completo. Hay una parte importante del mercado de trabajo que sobreeducada. Esto quiere decir que tener un nivel educativo alto garantiza el acceso a un puesto de trabajo: quien tiene educación alta (un terciario completo) va a tener mayores probabilidades que quien tiene un secundario completo, y éste tendrá mayores probabilidades que quien no finalizó la educación media. Esto es así, con cierta independencia de los requisitos de los puestos de trabajo en cuestión. Esto genera un problema porque hay una suerte de disociación entre los requisitos para ciertos puestos de trabajo y las credenciales educativas de las personas. El hecho de que se pueda reglamentar el requisito de nivel medio completo en el mercado de trabajo argentino refleja que todavía la demanda de empleo es insuficiente para despejar la oferta excedente de trabajo. Y acá el tema pasa por la demanda de trabajo y no por la oferta: no se va a solucionar el problema de empleo si todo el mundo termina el secundario", afirmó el invitado.

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