Resumen científico - 59

A continuación, compartimos con todos Uds. un resumen de las novedades más destacadas del mundo de la ciencia y la tecnología.

Finlandia: muchos jóvenes quieren ser docentes 




Finlandia es a la educación lo que Brasil al fútbol (y en Argentina suele envidiarse más lo segundo que lo primero). Las pruebas PISA de los últimos diez años colocan a los alumnos finlandeses entre los mejor preparados para el mundo laboral; el país viene obteniendo los mejores puntajes en Lectura, Matemática y Ciencias desde el 2000, aunque tuvo un leve retroceso en la última edición de PISA. A raíz de este desempeño, el Ministerio de Educación de Finlandia recibe durante el año a ministros y especialistas de todo el mundo, interesados en entender el éxito del modelo educativo del país nórdico.

Hay consenso en que una de las claves de ese éxito es la altísima profesionalización de los docentes: en Finlandia, para poder dar clases en la escuela hay que tener un posgrado. Sólo uno de cada diez aspirantes logran seguir la carrera docente.

Sobre este respeto hacia los maestros habla aquí Leena Kaikkonen, doctora en Educación y especialista en formación docente de la Universidad JAMK, en Jyväskylä (Finlandia). Kaikkonen estuvo en Buenos Aires para participar del Foro de Innovación Educativa que el Ministerio de Educación de la Ciudad organizó en la Usina del Arte.

–¿Cómo han logrado en Finlandia la jerarquización de la profesión docente?

–Necesito remontarme a la historia para responder esa pregunta. Si pienso en el 1800 o el 1900, laS profesiones más respetadas eran el sacerdote, el doctor y el maestro. En aquel momento cada pueblo tenía su sacerdote en la parroquia, el docente en la escuela y el médico que se encargaba de la salud. Ellos eran las personas más importantes: uno se encargaba del bienestar espiritual, otro del bienestar físico, y el maestro se ocupaba del desarrollo intelectual de los chicos. El respeto hacia los educadores en Finlandia se remonta al pasado, y nos enorgullece que ese respeto siga vigente. Ya más cerca del presente, hace unos 20 años se empezó a trabajar en la profesionalización de los docentes y la jerarquización de su formación. Una de las medidas que se tomaron es que para ser maestro de primaria sea necesario tener una maestría. Creo que ese es uno de los factores que explican la gran valoración social de los docentes en mi país.

–¿Cómo impacta esto en la elección de la carrera docente?

–Muchos jóvenes quieren ser docentes en Finlandia, pero no todos pueden. En mi ciudad hay dos universidades donde se puede estudiar la carrera, y sólo ingresa uno de cada diez postulantes. Eso permite que entren realmente los mejores. La selección es muy estricta y se basa, por un lado, en las notas que los postulantes obtuvieron en la secundaria, pero también hay un examen de ingreso en el que se indaga sobre su motivación para ser docentes, si están realmente dispuestos a trabajar con chicos y facilitar sus aprendizajes.

–¿Qué pasos tiene que seguir un joven que quiere ser maestro?

–Para ser docente, primero tenés que rendir el examen final de la secundaria, la única evaluación nacional que tenemos en Finlandia. Después te postulás a la universidad y, si tenés notas lo suficientemente buenas, podés quedar preseleccionado para rendir este examen de ingreso en el que ya te evalúan acerca de tus conocimientos sobre pedagogía e indagan sobre tu motivación, en muchos casos por medio de una entrevista. Una vez que terminás la carrera, tenés que hacer una maestría. Para ser profesor en secundaria, también: tenés que hacer una maestría en la disciplina que vas a enseñar, sea Matemática, Lengua, etcétera.

–¿Cómo funciona allá la relación entre padres y docentes?

–Esta es una preocupación global. Una de las cosas que estamos discutiendo ahora en Finlandia es quién está realmente a cargo de la educación de los chicos: ¿cuáles son las responsabilidades de los padres y cuáles las de las escuelas? Desde ya que en las escuelas hay conflictos entre padres y docentes, contradicciones, padres que quieren decirles a los maestros cómo tienen que hacer las cosas; no es todo ideal allá. Pero debo decir que nunca hemos tenido casos de padres que vengan a la escuela a pegarles a los maestros.

–En Argentina se estableció este año la obligatoriedad de la sala de 4. En Finlandia, en cambio, la escolaridad obligatoria comienza a los 7 años. ¿Qué valor le dan al jardín de infantes?

–Eso tiene que ver con la historia de nuestro sistema educativo; desde siempre los chicos han entrado al colegio a los 7 años. Recién en los 60 o en los 70, cuando las mujeres empezaron a salir al mercado laboral, surgió la necesidad de pensar un sistema donde pudieran dejar a sus hijos para ir a trabajar. En Finlandia el jardín fue pensado más como parte del sistema de los cuidados y servicios sociales, que como parte del sistema educativo; igual esto está cambiando. Pero recién ahora se estableció que todo niño de 6 años tiene derecho a ir al preescolar.

–¿Cuáles son las habilidades más importantes que un educador del futuro debe tener?

–Un docente tiene que ser un experto en aprendizaje. Tiene que entender qué sucede en el cerebro cuando estamos aprendiendo. Y tiene que ser un facilitador para sus alumnos. Aprender ya no puede ser repetir lo que dice el docente, sin que nada significativo suceda en la cabeza del estudiante. Mi tarea como docente es que el alumno pueda aprender a partir de su bagaje personal y sus conocimientos previos, que los estudiantes tengan un rol activo. La tarea del docente no es “transmitir conocimiento” sino facilitar ese proceso, generar las condiciones que lo hacen posible.


Fuente: Clarín

Paradigmas y semillas 




Por Norma Giarracca

Un anteproyecto de ley de semilla está en discusión, no demasiado amplia pero discusión al fin, y lo más importante es que esto pone claramente en juego dos paradigmas societales, culturales y epistémicos. El primero es el que fue hegemónico en los últimos siglos de modernidad/colonialidad (como su lado oscuro) y acompañó el surgimiento, despliegue y decadencia del crecimiento y desarrollo económico tanto del capitalismo como de los socialismos existentes. Se basa en tres pilares, que son el derecho, el poder y la ciencia. La ciencia de la modernidad/colonialidad se expresa en la tradición “prometeica” –el mito de Prometeo–, que promete a los hombres/mujeres paz, educación, alimentos y un desarrollo económico con trabajo y movilidad social para todos. Ese tiempo fue inundado de guerras, atrocidades; poco y nada se cumplió, la pérdida de consenso y la decadencia de tales ideas durante el siglo XX apresuraron el derrumbe tanto del socialismo como del capitalismo capaz de generar un “Estado de bienestar”. La construcción histórica moderna/colonial perdió su componente emancipatorio y quedó con la pura regulación, control social; según un interesante trabajo de Paula Sibila, la ciencia pasa del predominio de la tradición “prometeica” a otra que se denomina “fáustica” –basado en el mito del Fausto–, que busca el control de la vida y la muerte.

Mientras, nuevos paradigmas societales, culturales y epistémicos despuntan lentamente en cientos de experiencias por el mundo y en un pensamiento que, a falta de nominaciones, solemos llamar “pensamiento social del siglo XXI” y está siendo elaborado por este entramado de experiencias y pensadores en contacto directo con ellas. Boaventura de Sousa Santos habla de épocas de transiciones, interesantes pero difíciles de transitar porque quienes profesan las viejas ideas modernas/coloniales mantienen poder económico, militar y todavía subordinan la antigua política a sus intereses. La biopolítica no sólo opera sobre la población con la ideología, la educación, sino que reclama el control de los cuerpos de los sujetos, el control de la vida. La naturaleza, los recursos naturales, los seres vivos son entidades controlados por un biopoder que se despliega sobre ellos. Si este control biológico fue un objetivo del capitalismo de la primera etapa, lo es irreductiblemente del decadente pero dominante capitalismo neoliberal vigente, nos atreveríamos a decir que es su razón de ser.

En este escenario ya no son sólo los poderes estatales los que toman el control de la vida; se trata también de privatizar todos los procesos naturales que componen la vida para obtener grandes ganancias. La ciencia devenida en pura tecnología –tecnociencia– al servicio de este capitalismo tardío ha cumplido un rol fundamental. La ciencia “prometeica”, para decirlo en función de los dos mitos, circula por muchos laboratorios, pero en su mayor parte el conocimiento científico está secuestrado por la posibilidad “fáustica” de dominar la vida y la muerte, y ponerlas al servicio de la lógica de las ganancias de grandes corporaciones económicas.

No son sólo los cuerpos humanos los que caen bajo el control del biopoder, sino que con las corporaciones se articula y dispone de los territorios, los recursos naturales pasando los estados nacionales a ser frecuentemente meros gestores burocráticos de estos procesos y generadores de las legislaciones que garantizan a las empresas “seguridad jurídica”, continuidad y ganancias. Se van obteniendo los derechos exclusivos de toda una biodiversidad genética (cuyo ejemplo más diáfano es la semilla) que debería quedar en manos de la humanidad con los traspasos generacionales que garanticen su continuidad, como ha ocurrido en los mundos campesinos e indígenas que conservan más del 80 por ciento de la biodiversidad necesaria para la humanidad.

Esta es una interpretación en función de la cosmovisión social, política y cultural que se asuman, tanto por decisión propia y consciente como por intereses económicos, ideologías rezagadas pero seductoras o la influencia de los grandes medios de comunicación ligados a las corporaciones. Muchos llaman “modernización” a lo que primó décadas atrás e intentan imponer un sentido común acorde a las necesidades de los grandes actores económicos para mantener estos sentidos: “modernización”, “progreso”, “desarrollo”. No obstante, “el pensamiento social del siglo XXI” puso en cuestión tales sentidos e intenta desactivar el feroz proceso de privatización de la vida que están “adornando” con tales consignas. Los epítetos no han faltado desde el otro lado: “ambientalistas”, “luditas”, “fundamentalistas” y, paradójicamente, “atrasados”, calificativo que emana de quienes defienden ferozmente el paradigma ya perimido que brilló en el siglo XIX y comienzos del XX. El anteproyecto de la ley de semilla que el Poder Ejecutivo enviará al Congreso Nacional se enmarca en este debate y es necesario que el mismo tenga resonancia en el Parlamento y en los medios masivos de comunicación.


Fuente: Página 12

El Hobbit, el hallazgo que cambió
la historia de la humanidad
 





El descubrimiento de los restos fósiles de una nueva especie humana hace diez años transformó completamente las teorías de la evolución humana. Esto es lo que sostiene Richard Roberts, uno de los investigadores del equipo que publicó los detalles del fósil conocido como Hobbit por su diminuto tamaño.

Se cree que esta especie habitó la Tierra hasta hace 20.000 años y por lo tanto vivió en la misma época que nuestra especie. El hallazgo confirmó la teoría de que nuestro planeta estuvo habitado en algún momento por varias especies de humanos.

Esta hipótesis está muy lejos de la idea de una progresión lineal, de las criaturas semejantes a un mono que caminaban semiagachadas hasta llegar al hombre moderno de andar erecto.

La publicación del descubrimiento en 2004 causó sensación. Sin embargo, desde entonces no se han encontrado más restos fósiles del Hobbit. Pero aquellos que participaron en la investigación están convencidos de que hay mucho más por descubrir.

Muchos creen que el Hobbit desciende de un humano más primitivo llamado Homo erectus que llegó a la isla hace un millón de años y gradualmente se fue volviendo más pequeño debido a la escasez de alimentos en la isla. Otros creen que desciende de criaturas semejantes al mono que abandonaron África hace más de dos millones de años. Y hay quienes proponen que estas criaturas eran humanos modernos seriamente enfermos.


Fuente: BBC Mundo

Paralítico volvió a caminar
tras revolucionario trasplante
 





Un hombre que sufría de parálisis pudo volver a caminar después de someterse a una terapia pionera de trasplante de células de su cavidad nasal a la médula espinal. Darek Fidyka, quien quedó paralizado desde el pecho hacia abajo tras ser apuñalado repetidas veces en la espalda en un ataque que ocurrió en 2010, puede ahora caminar valiéndose de un soporte.

El tratamiento empleó unas células especiales que forman parte del sentido del olfato y que se llaman células de glía envolvente olfativas (OEC, por sus siglas en inglés). Las OEC facilitan que las fibras nerviosas en el sistema olfativo se renueven de forma continua.

En la primera de dos operaciones, los cirujanos quitaron uno de los bulbos olfatorios y cultivaron las células. Dos semanas más tarde trasplantaron las OEC a la médula espinal, en la que se realizaron unas 100 microinyecciones por encima y por debajo de la lesión.

Los científicos creen que las OEC sirvieron de vía para que se reconecten las fibras por encima y por debajo de la lesión, utilizando los injertos de nervio para cerrar la brecha en la médula.

Tres meses después de la intervención, el paciente se dio cuenta de que había sido exitoso cuando empezó a crecer músculo en su muslo izquierdo. Seis meses después de la cirugía, el paciente consiguió dar sus primeros pasos, tomado de barras paralelas, con soportes para sus piernas y asistido por un fisioterapeuta. Dos años después del tratamiento, ahora puede caminar fuera del centro de rehabilitación apoyándose en un andador.


Fuente: BBC Mundo

Agroquímicos: evidencias científicas
de sus efectos nocivos en la salud
 





Detrás de la explosión de la sojización en la Argentina crecen progresivamente los testimonios y estudios que dan cuenta de los efectos nocivos en la salud de los pobladores rurales que ocasionan los plaguicidas utilizados en estas producciones.

Algo cambió en la comunidad científica nacional desde que el estudio del investigador del Conicet, doctor Andrés Carrasco, (recientemente fallecido) alertaba que el glifosato -componente principal de los herbicidas para la soja- puede producir malformaciones en embriones de anfibios, semejantes a las reportadas en humanos gestados en zonas fumigadas.

Considerado un referente en el estudio de la afección de agroquímicos a la salud, el investigador Raúl Horacio Lucero expone acerca de los casos que logró documentar sobre pacientes que registraban serias malformaciones ortopédicas y genitales. La frecuencia con la que empezó a ver en pacientes de zonas rurales anomalías como focomelia, sindactilia, acortamiento de miembros, aplasia de huesos del brazo, imperforación anal, hipertrofia de clítoris, entre otras, lo llevó a tomar registro de estas consultas.

“Nunca tuve duda de que las malformaciones eran producidas por la exposición a los agroquímicos de embarazadas en edad gestacional temprana. De todas formas, no podía publicar estas observaciones porque requerían de estudios epidemiológicos a largo plazo que las fundamentaran; además de mediciones de plaguicidas o sus metabolitos en sangre y en orina, como así también medir, de alguna manera, el nivel de alteración del ADN en esos pacientes mediante estudios de genotoxicidad”, explicó Lucero.

“Todos los pacientes venían de zonas de alta producción agrícola y las madres de estos niños habían estado expuestas a plaguicidas en forma muy directa. Trabajando en el campo, les sobrevolaba el avión que pulverizaba con agroquímicos los cultivos”, comentó.

En Argentina hay 25 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados, en los que se aplican 300 millones de litros de agrotóxicos. Carrasco, con su estudio, dijo: “Cuidado con lo que se está aplicando porque no es tan inocuo ni benigno como está clasificado”.

En los últimos días, el ministerio de Salud de Córdoba difundió un extenso informe sobre el cáncer en la provincia que confirma con números las peores sospechas. Sistematizó cinco años de información y, entre otros parámetros, determinó geográficamente los casos. La particularidad que causó mayor alarma es que la mayor tasa de fallecimientos se produce en la llamada “pampa gringa”, zona donde más transgénicos y agroquímicos se utilizan. Y donde la tasa de fallecimientos duplica a la media nacional. Se confirmó oficialmente lo que se viene denunciando desde hace años. Los casos de cáncer se multiplican como nunca en las zonas con uso masivo de agrotóxicos.

La investigación oficial en formato libro se titula “Informe sobre cáncer en Córdoba 2004-2009”, elaborado por el Registro Provincial de Tumores y por la dirección general de Estadística y Censos. Fue presentado en la Legislatura por el ministro de Salud de esa provincia.


Fuente: Argentina

INTA: Argentina cuenta con el primer
mapa de productividad forrajera
 





De acuerdo con el mapa, la Argentina posee una productividad anual de recursos naturales y cultivados de 244 millones de toneladas por año. Asimismo, detalla que la productividad anual de la Mesopotamia va entre 3 mil y 7 mil kilos por hectárea, mientras que en las regiones Pampeana y Chaqueña es entre 2 mil y 5 mil y para la Patagonia es menor a 2 mil.


Gracias al trabajo interdisciplinario de los técnicos de la Facultad de Agronomía Universidad de Buenos Aires (Fauba), la Asociación de empresarios agropecuarios (Aacrea), el INTA y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP), hoy la Argentina cuenta con el primer mapa de productividad forrajera. Esta información está disponible online y de manera gratuita.

Esta herramienta de acción –financiada por el IPCVA– se enmarca en el proyecto “Sistema nacional de diagnóstico, planificación, seguimiento y prospección forrajera en sistemas ganaderos” y propone aumentar la eficiencia de la producción ganadera y disminuir el impacto ambiental.


Fuente: Argentina

Científicos Argentinos diseñan un film para frenar la ceguera por glaucoma 




Científicos argentinos diseñaron un film súper delgado, similar a un lente de contacto, que se adhiere al ojo sin irritar ni obstaculizar la visión, y que libera gradualmente un fármaco para frenar el avance de la ceguera producida por el glaucoma.

El desarrollo innova en la forma de administrar Acetazolamida (AZM), un fármaco utilizado en el tratamiento de esta patología ocular crónica, que en Argentina tiene gran incidencia en mayores de 61 años. A nivel mundial, se estima que esa enfermedad afectará a 80 millones de personas para 2020.

Actualmente la única forma de administrar ese fármaco es por vía oral, ya que se trata de un compuesto poco soluble como para aplicarlo en gotas tradicionales. Para asegurar su efecto, hoy se utilizan dosis elevadas, lo que genera efectos adversos como diuresis o enfermedades en la sangre (discrasias severas).

El film ocular creado por los científicos, en cambio, es una lámina de polímeros biocompatibles que se coloca en el saco conjuntival del ojo, donde se adhiere y queda anclado. Así se evita que los “mecanismos de barrido”, como el parpadeo y las lágrimas, lo muevan o expulsen mientras libera gradualmente el compuesto activo. Este sistema asegura la llegada de la droga al interior del ojo en forma eficiente, evitando los efectos adversos de su ingesta.


Fuente: Toma mate y avivate

Bacterias amigas: huéspedes microscópicos podrían ser
socios en la salud y la enfermedad
 





*Por Nora Bär Cuando en 2003 se dio a conocer el genoma humano, se pensó que al haber decodificado "el libro de la vida" se había develado por fin el plano completo de las instrucciones para hacer funcionar el organismo de una persona.

Pero en los últimos diez años tomó fuerza una visión diferente: hoy se sabe que nuestros engranajes internos no sólo dependen de nuestros genes, sino también de los de un complejo ecosistema que ensambla en feliz convivencia a una miríada de microbios "comensales". Éstos no sólo no nos atacan, sino que pueden defendernos y hasta ofrecer ayuda vital en una multitud de procesos, desde la digestión hasta la determinación del peso o la regulación del sistema inmune. Es decir que, aunque somos uno, vamos por la vida no como "yo", sino como "nosotros".

Billones de bacterias que tapizan nuestras mucosas y principalmente nuestro intestino cumplen tareas tan importantes que hasta se les otorgó el estatus de un nuevo órgano, la microbiota. Y lo más sugestivo es que un número creciente de estudios parece indicar que su desequilibrio está asociado con muchas patologías de la modernidad.

"En el Hospital [Universitario Vall d'Hebron, de Barcelona], vemos cada vez más enfermos con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn -afirma el doctor Francisco Guarner, responsable del proyecto MetaHIT (Metagenomics of the Human Intestinal Track) en España-. Cuando yo estudiaba, veíamos un caso cada tanto; en los 90, teníamos la planta llena. Se creía que era una enfermedad autoinmune, pero en modelos animales nos dimos cuenta de que la respuesta inflamatoria era distinta según las bacterias que había en la luz intestinal. Y cuando hicimos cultivos con tejidos de pacientes, vimos exactamente lo mismo: unas bacterias empeoraban todo y otras lo mejoraban."

Es difícil dar una fecha exacta en la que la flora intestinal, un conjunto de más de 1000 especies diferentes de bacterias que en conjunto pesan entre 500 y 700 gramos, comenzó a cobrar tal protagonismo.

"Los veterinarios vieron con claridad, desde hace muchos años, la importancia de la flora intestinal en el rendimiento nutricional, el crecimiento y la defensa contra las enfermedades -explica desde Viena, donde asiste al congreso europeo de su especialidad, el doctor Juan Andrés de Paula, jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Italiano y presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología-. La medicina tardó más en jerarquizarla; sin embargo, el doctor Luis Bustos Fernández, mi maestro y jefe de servicio en el Hospital Italiano, ya intuía este rol crucial en la década del 60, cuando publicó sus primeros estudios sobre el metabolismo bacteriano en el colon humano".

Según detalla De Paula, en nuestra geografía tenemos más bacterias que células. Entre otras, aquéllas cumplen básicamente funciones de nutrición y defensa. Las del colon fermentan los nutrientes que no se absorben en el intestino delgado, produciendo sustancias que sí se pueden metabolizar. Se comprobó, por ejemplo, que animales sin flora intestinal (llamados germ free o "libres de gérmenes") presentan diarrea crónica y son sumamente vulnerables a las infecciones.

El interés que despierta nuestro ecosistema íntimo es tal que ya existen colaboraciones internacionales para entender las múltiples funciones del microbioma. Una es el Proyecto Microbioma Humano, que impulsan los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos para caracterizar los microorganismos que conviven con nosotros.

Otra es el programa MetaHIT, en Europa, que está desarrollando métodos para secuenciar los genes de estas bacterias amigas. "Esto nos ha ayudado a ver algo interesante -cuenta Guarner-: [según resultados preliminares] tal como hay grupos sanguíneos, en los seres humanos podría haber tres grupos de flora: A, B y C." En un futuro, cree el especialista, el conocimiento cabal de esta comunidad podría modificar el abordaje de patologías como la diabetes o la obesidad, asociadas con la pérdida de diversidad de nuestra población bacteriana.

Por ejemplo, se sabe que hay personas con sobrepeso que no tienen desórdenes lipídicos (de colesterol y triglicéridos) y que, si hacen dieta, bajan rápidamente. En cambio, hay otros que no sienten saciedad, en los que la obesidad progresa en forma dramática, y enseguida tienen hígado graso o resistencia a la insulina. "En ellos hemos visto que su microbiota intestinal tiene una falta de diversidad muy similar a la que encontramos en los pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa", agrega.

En el último número de Ciencia Hoy, el doctor Federico Leskow, de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, da un ejemplo interesante de la bacteria Akkermansia muciniphila, que representa entre el 3 y el 5% de los microbios en un mamífero saludable, pero que en humanos y en ratones obesos está presente en números mucho menores.

"Si se alimentan ratones con una dieta rica en grasas, engordan y muestran síntomas asociados con diabetes tipo 2 -escribe Leskow-, al tiempo que la abundancia de la bacteria disminuye hasta cien veces en comparación con animales que consumen dietas balanceadas. La disminución puede ser revertida si los ratones obesos ingieren bacterias vivas o alimentos que estimulen el crecimiento de éstas; en ese caso también pierden peso y mejora la actividad de su sistema autoinmune."

De Paula agrega: "Esta enorme masa de microorganismos está en íntimo contacto con la superficie interna del intestino (la mucosa intestinal). Para que esta relación se mantenga estable, el organismo dispone de un sistema de defensa inflamatoria e inmunológica que está apostado en esta verdadera «frontera». Así, la superficie interna de nuestro intestino tiene un estado de permanente alerta inflamatoria e inmunológica que se denomina «inflamación fisiológica». Actualmente sabemos que esto determina en parte el riesgo de padecer enfermedades muy frecuentes, como las afecciones autoinmunes, la ateroesclerosis, la diabetes y la obesidad."

Curiosamente, estos indicios remiten a la hipótesis de la higiene, que sostiene que la falta de exposición a microorganismos está en la base de las enfermedades autoinmunes.

"Nos hemos dado cuenta de que expulsamos a los colonizadores «ancestrales» y estamos colonizados por bacterias más resistentes a nuestras condiciones actuales -agrega el especialista-. Al parecer, hemos perdido muchos «amigos» y estamos poblados por bacterias que no ejercen su acción reguladora sobre el sistema inmune. Fíjese que tenemos datos de que los niños que han recibido más de cinco veces antibióticos en los tres primeros años de vida multiplican por siete su riesgo de tener enfermedad de Crohn."

Más experimentos en animales indican que los efectos de estos huéspedes minúsculos pueden incluso influir en nuestro comportamiento. "Cuando tienes un ratón «libre de patógenos», sus hábitos son anormales -explica Guarner-. Es hiperactivo, tiene mal comportamiento social, no se relaciona bien con otros animales, no tiene curiosidad, tiene hábitos alimenticios no controlados y no crece bien."

La investigación en esta prodigiosa microbiota humana arroja muchas sorpresas. Según De Paula, evidencias experimentales indican que los trasplantes de la flora de un animal a otro transmiten el comportamiento del animal dador al receptor, algo absolutamente asombroso.

Tanto Guarner (que declaró no tener conflictos de interés con la industria) como De Paula y el doctor Luis Bustos Fernández, que se comunicó vía mail también desde Viena, coinciden en que una forma de cuidar la microbiota intestinal es tener una dieta variada en fibras e introducir en nuestra alimentación "bacterias buenas".

"Dos de las herramientas más accesibles para intervenir en nuestra bioflora son los probióticos y los prebióticos -dice De Paula-. Los primeros consisten en la incorporación de bacterias que han probado producir un beneficio para el organismo en alimentos como yogures o en forma de preparados de la industria farmacéutica. Los prebióticos son alimentos que promueven la instalación de una flora benéfica, como algunas fibras vegetales o azúcares."

Sin embargo, los propios investigadores aclaran que los indicios que sugieren que el aumento de las enfermedades autoinmunes, la obesidad y la diabetes podrían tener un culpable hasta ahora insospechado están todavía en el plano de las hipótesis. Aunque muchos están convencidos, todavía faltan pruebas sólidas de que en estas correlaciones se encontrarán mecanismos de causa y efecto. Porque para eso tendrán que descifrar muy detalladamente los mecanismos que las explican.


Fuente: La Nación

Aeromobil, el auto que levanta vuelo 




El particular diseño del auto volador cuenta con un par de alas plegables que se ubican sobre la parte central de la máquina y permiten que pueda sumarse al tránsito urbano con el resto de los vehículos convencionales sin problemas. El AeroMobil funciona con un motor naftero Rotax 912 refrigerado por agua, utiliza combustible de 91 octanos y tiene 100 CV de potencia.



En tierra puede desarrollar una velocidad máxima de 160 km/h con una autonomía de hasta 500 kilómetros, mientras que en el aire llega a los 200 km/h y ofrece una recorrido total de 692 kilómetros.

Esta cuarta versión del auto volador que pesa sólo 450 kilogramos, llega después de un largo trabajo que tiene como punto de partida el prototipo realizado en 1990. Según su creador en esta última entrega se han mejorado los materiales, las terminaciones, la aerodinamia y algunas especificaciones mecánicas que permitieron aumentar la eficiencia del motor.


Fuente: Clarín

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