Resumen científico - 81

A continuación, compartimos con todos Uds. un resumen de las novedades más destacadas del mundo de la ciencia y la tecnología.

El Arsat 2 será lanzado en septiembre 




El proyecto de ARSAT-2 comenzó en 2011 y se trata del segundo satélite de comunicaciones cuya misión completa (desde el diseño y la fabricación, hasta el lanzamiento, puesta en órbita y manejo) es argentina, lo que ubica a nuestro país en el selecto grupo de las no más de diez naciones con esta capacidad. La agencia nacional espacial ARSAT, del Ministerio de Planificación Federal, es quien está a cargo de todo el proyecto en el que se invierten alrededor de 250 millones de dólares hasta su puesta en órbita. Una vez lanzado y posicionado pasará a estar manejado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.

Aunque la construcción del nuevo ejemplar ya haya finalizado, técnicamente no es la mejor definición: si bien la parte física y el armado del satélite están listos, el hito que dará por concluida su finalización será la Revisión Previa al Embarque (PSR, por sus siglas en inglés), que tendrá lugar a fines de julio, cuando concluya el período de ensayos.

El satélite ya ingresó en la campaña de pruebas intensivas que hacen en la empresa nacional CEATSA para testear la respuesta que da ante condiciones extremas como las del lanzamiento, puesta en órbita y la 'pisada' de las tres antenas y la dirección que tienen.

Se espera que el lanzamiento tenga lugar entre el 20 y el 30 de septiembre próximos. ARSAT-2 ocupará la órbita 81, en la cual tenemos autorización para dar servicio a todo el continente, con una cobertura que va desde Estados Unidos hasta la Antártida. Se estima que la vida útil del ARSAT-2 sea de 15 años.


Fuente: Argentina

Ahora los científicos son valorados 




La Red de Científicos Argentinos en Italia visitó a Cristina Fernández de Kirchner y le entregó una placa en agradecimiento a las políticas del Gobierno en el área de Ciencia y Tecnología. “Hace unos años, el ministro de Economía mandaba a los científicos a lavar los platos, y actualmente los científicos son reconocidos y valorados”, destacó Francesco Leone, secretario de la red.

Los científicos remarcaron la tarea que está realizando el ministro del área, Lino Barañao. En particular, se refirieron a la importancia del programa Raíces-Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior, cuyo propósito es fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas del país mediante la implementación de políticas de retención, de promoción del retorno y de vinculación. Leone, abogado especializado en geopolítica y referente de la agrupación que visitó a la Presidenta, explicó que los científicos “no quieren o no pueden volver están de alguna manera incorporados en la red Raíces y contribuir al desarrollo de la ciencia. Raíces es realmente sorprendente y lo nosotros surgimos por ese impulso que había que dar y que tiene que ser estatal”.


Fuente: Página 12

El problema matemático furor en la Web
ya tiene su segunda parte
 





Hace dos meses, un problema matemático que proponía descubrir cuándo es el cumpleaños de una hipotética chica llamada Cheryl se convirtió en un furor en la Web. Un presentador de la televisión de Singapur compartió en Facebook este ejercicio que tuvieron que resolver en un examen alumnos de 14 y 15 años, y el acertijo se viralizó rápidamente.

Ahora llegó la segunda parte del enigma: saber qué día es el cumpleaños de Denise, un nuevo personaje de la ecuación. El problema también se difundió en las redes sociales hace unas semanas y ya miles de usuarios quedaron enganchados buscándole la vuelta a la cuestión.


El problema consiste en descubrir cuándo es el cumpleaños de Denise, quien es amiga de Albert, Bernard y Cheryl. Denise les da a los tres una lista de 20 posibles fechas:


  • 2001: Febrero 17 - Marzo 13 - Abril 13 - Mayo 15 - Junio 17
  • 2002: Marzo 16 - Abril 15 - Mayo 14 - Junio 12 - Agosto 16
  • 2003: Enero 13 - Febrero 16 - Marzo 14 - Abril 11 - Julio 16
  • 2004: Enero 19 - Febrero 18 - Mayo 19 - Julio 14 - Agosto 18

Denise le dice por separado a Albert, Bernard y Cheryl el mes, el día y el año de su cumpleaños, respectivamente. Y luego se produce una conversación clave:

-Albert: "No sé cuando es el cumpleaños de Denise, pero sé que Bernard no lo sabe".
-Bernard: "Todavía no sé cuándo es el cumpleaños de Denise, pero sé que Cheryl aún no lo sabe".
-Cheryl: "Todavía no sé cuándo es el cumpleaños de Denise, pero sé que Albert todavía no lo sabe".
-Albert: "Ahora ya sé cuándo es el cumpleaños de Denise".
-Bernard: "Ahora lo sé también".
-Cheryl: "Yo también".

¿Y? ¿Cuándo es el cumpleaños de Denise? Para llegar a la solución hay que usar el mismo método que para resolver el problema de Cheryl. Cada oración entrega una pista de lo que hay que eliminar. Así, se llega a la respuesta:



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Fuente: Clarín

¿Cuánto mide la soga? El nuevo problema matemático que se viraliza en la red 




Otro problema matemático se viralizó en Internet y causa furor en las redes sociales. Parece simple, pero tiene su complejidad: hay que calcular la medida exacta de una cuerda que da vueltas a una barra.

El problema es el siguiente. Una cuerda está enrollada simétricamente alrededor de una barra circular. La cuerda gira alrededor de la barra exactamente cuatro veces. La circunferencia de la barra es de 4 cm y su largo es de 12 cm. Calcular la longitud de la cuerda.



Una nota señaló que en una prueba elaborada por la Asociación Internacional para la Evaluación de Logro Académico para alumnos de secundaria de 16 países, sólo un 10% de los alumnos, seleccionados justamente por su habilidad para la matemática, consiguió saber cuánto medía la cuerda.

A pesar de que encontrar la solución rompe un poco la cabeza, los matemáticos dicen que el razonamiento es sencillo. Eso sí, hay que tener conocimiento del Teorema de Pitágoras.



Fuente: Clarín

El paracaídas supersónico de la NASA
volvió a fallar
 





En la segunda de las tres pruebas previstas, esta nueva tecnología de la agencia espacial estadounidense clave para llevar a los astronautas a Marte volvió a fallar. El paracaídas supersónico se desplegó pero no llegó a inflarse.



El experimento se efectuó sobre aguas frente a la isla hawaiana de Kauai y tuvo como propósito la investigación de tecnología diseñada para reducir la velocidad en caída libre de un vehículo de descenso después de que haya penetrado la atmósfera marciana con rapidez supersónica.

Después del fracaso del 2014, uno de los principales objetivos del experimento de este año era probar un nuevo diseño del paracaídas. En la nueva prueba, la nave comenzó su descenso a una altura de 55 kilómetros de la superficie de la Tierra, donde el ambiente es similar a la tenue atmósfera marciana. La agencia probó primero un aro en forma de rosquilla diseñado para que al inflarse reduzca la velocidad del vehículo de descenso que tiene forma de platillo volador. El paracaídas gigante debía después reducir todavía más la velocidad del aparato. En el experimento, el vehículo de descenso fue subido por un globo gigante hasta 37 kilómetros de altura y después un cohete lo elevó todavía más a 55 kilómetros, desde donde comenzó el descenso en caída.

El paracaídas puede resistir velocidades supersónicas y tiene 30 metros de diámetro, casi dos veces el tamaño del que se utilizó para el descenso de la sonda rodante Curiosity en 2012 en Marte. Y es tan grande que no cabe en los túneles aerodinámicos que la NASA utiliza normalmente para probar paracaídas.


Fuente: Clarín

Acuerdo sin precedente del G-7 para que
el mundo deje de usar energía fósil
 





En un gesto que propone una aceleración sin precedente, el G-7 propicia que el mundo abandone por completo el uso de energías fósiles a fines de siglo.

Al término de dos días de cumbre en Elmau, Alemania, los líderes de las siete potencias más industrializadas del planeta afirmaron ayer que, para responder a las inquietudes de la ciencia, "son necesarias profundas reducciones de las emisiones de gas de efecto invernadero, así como una descarbonización de la economía global antes de 2100".

Como etapa intermedia, el G-7 se fijó ayer como objetivo una reducción de las emisiones de CO2 de entre 40% y 70% antes de 2050, con respecto de 2010. Merkel también llamó a los países que no integran el G-7, sobre todo a China, a contribuir al cambio climático. "Sabemos que el G-7 solo, aun cuando dejara de emitir CO2, no podría resolver el problema. Los países emergentes, como China, deberán contribuir", afirmó. "Los miembros del G-7 acabamos de declarar nuestros objetivos para después de 2020 y haremos lo posible para alentar a los demás a hacer lo mismo", dijo a su vez el presidente Barack Obama.

En el comunicado difundido al término de la cumbre, los siete países "reafirman su determinación de adoptar" un acuerdo durante la conferencia de París sobre el clima (COP21), que se realizará en noviembre y diciembre próximos.

"Ese acuerdo debe mejorar la transparencia y la responsabilidad, sobre todo incluyendo reglas vinculantes para asegurar el seguimiento de progresos en materia de objetivos", anuncia el texto. Para el G-7, esto debería "permitir a todos los países beneficiarse con una trayectoria de desarrollo sostenible y sobrio en carbono, compatible con el objetivo general de mantener el aumento de temperatura media del planeta por debajo de los dos grados centígrados".

"Llegar a una economía mundial sin carbono a largo plazo" es la mejor respuesta planetaria al cambio climático, afirmó. Los dirigentes también ratificaron el compromiso alcanzado en Copenhague en 2009 de movilizar 100.000 millones de dólares por año, hasta 2020, para luchar contra las consecuencias del cambio climático.


Fuente: La Nación

Datos inéditos de las lunas de Plutón
preparan la visita de New Horizons
 





Las imágenes del telescopio espacial Hubble han facilitado nueva información sobre las órbitas, formas y tamaños de los pequeños satélites de Plutón. Así se ha podido conocer la relación entre las órbitas de Estigia, Nix e Hidra, además de confirmar la oscuridad de Cerbero.

Estigia, Nix, Cerbero e Hidra, las cuatro pequeñas lunas que orbitan alrededor del planeta enano Plutón muestran características inusuales. Así lo refleja el estudio que los investigadores Marcos Showalter del Instituto SETI y Douglas Hamilton de la Universidad de Maryland (EE UU) publican esta semana en la revista Nature.

“Estas cuatro lunas siguen una órbita casi circular y casi ecuatorial alrededor del ‘planeta binario’ integrado por Plutón y su gran luna Caronte”, apuntan los autores en su estudio, aunque destacan un fenómeno curioso: la resonancia orbital entre tres de las lunas.

En concreto, las observaciones sugieren que las órbitas de Estigia, Nix e Hidra están ligadas mediante una resonancia (donde algunos periodos orbitales son fracción de otros) de tres cuerpos, que recuerda a la denominada ‘resonancia de Laplace’ que existe entre las lunas de Ganímedes, Europa e Ío del planeta Júpiter.

Entre los satélites de este gigante gaseoso se establece una resonancia de tipo 1:2:4, es decir, por cada vuelta de Ganímedes alrededor de Júpiter, Europa da dos, y por cada vuelta de esta, Ío da otras dos. En el caso de las tres lunas de Plutón parece ocurrir algo parecido, pero perturbaciones de otros cuerpos inyectan caos en una configuración que de otra manera sería estable.

Otros datos que aporta el estudio son los valores diferentes de luminosidad que presentan los satélites de Plutón. Así, las superficies de Hidra y Nix –que también se ha observado rotan de forma caótica por la torsión que ejerce el ‘planeta binario’– son bastante brillantes como ocurre en Caronte. Sin embargo, Cerbero es mucho más oscuro. Esto plantea interrogantes acerca de cómo pudo haberse formado este sistema satelital tan heterogéneo.

Algunas de las respuestas las podría facilitar la nave espacial New Horizons de la NASA, que el próximo 14 de julio de 2015 volará cerca de Plutón. Los responsables de esta misión, la primera a esta región tan remota del sistema solar, tendrán en cuenta los resultados del estudio, que también puede ayudar a comprender otros sistemas similares en el universo.


Fuente: Agencia SINC

Tecnecio: el elemento que puede
hacer brillar los huesos
 





Los científicos pasaron muchos años buscando el tecnecio, un elemento químico que con el tiempo se convirtió en una pieza crucial del diagnóstico médico.

La historia de su descubrimiento es un relato largo, que comienza con el padre de la tabla periódica, el erudito ruso del siglo XIX Dmitri Mendeleev. Fue la primera persona a la que se le ocurrió ese esquema sistemático de los elementos.

Mendeleev dejó cuatro huecos en la tabla, uno de los cuales corresponde al tecnecio. El hecho de que dejara aquel hueco condujo a algo así como una desesperada búsqueda de 70 años a lo largo y ancho del mundo. En 1971 se descubrió en Gabón que una reacción nuclear había tenido lugar en un depósito de uranio 2.000 millones de años atrás y que aún había pequeñas trazas de elementos radiactivos creados entonces; entre estos, de tecnecio.

Uno de sus isótopos, versiones del elemento que poseen el mismo número de protones y distinto número de neutrones, tiene una aplicación muy útil. Se trata del tecnecio-99m. El 99 hace referencia a los 43 protones y los 56 neutrones de su núcleo, y la letra eme a la específica configuración de estas partículas.

El resultado es un átomo que se descompone en cuestión de horas, generando rayos gamma, una radiación que puede ser utilizada para producir imágenes médicas. La inyección no sólo contiene ese elemento. Cada átomo radiactivo se vincula a un producto químico que asegura que el tecnecio llegue a la parte correcta del cuerpo que se quiere estudiar.

En este caso, el producto químico al que se liga el tecnecio es un fosfonato, un tipo de sal que los huesos absorben de la sangre. Y en eso reside la magia del escáner con tecnecio: genera un patrón de narración de los puntos calientes, núcleos de actividad en los que el hueso puede estar reparándose y, por tanto, absorbió más fosfonato de la sangre, así como de las zonas frías donde el hueso puede estar muerto.

Pero el hueso es sólo uno de los materiales que el tecnecio vuelve visible. Y es que ligándolo a otros productos químicos, este marcador radiactivo puede ser llevado a varios órganos, como el bazo, los pulmones, el hígado, los ganglios linfáticos y el corazón. Este sistema podría ser utilizado en el futuro por las compañías farmacéuticas para investigar los efectos de sus medicamentos experimentales. Esa es una gran esperanza para el futuro. Pero para ello, primero hay que hacer frente a otro reto: asegurarse de que existe suficiente cantidad del elemento.


Fuente: BBC Mundo

Usan drones para evitar que
se copien los estudiantes
 





Una provincia china decidió utilizar drones para disuadir a los estudiantes de hacer trampas en el temible examen de acceso a la universidad, en el que rinden alrededor de nueve millones de jóvenes chinos.

El "gaokao", que dura dos días y ha sido calificado de "mayor examen del mundo", provoca cada año gran febrilidad en la sociedad china por la dificultad y la feroz competencia que existe en esta prueba. Un total de 9,42 millones de candidatos se examinan estos días, bajo el estrés y la enorme presión de los padres, y rodeados de miles de policías y vigilantes.

El ministerio chino de Educación prometió concentrar sus esfuerzos en combatir los aparatos de comunicación inalámbrica y las redes criminales que proponen reemplazantes que suplantan a los candidatos reales. Y dos centros de examen de la ciudad de Luoyang pusieron a funcionar un dron capaz de detectar comunicaciones entre candidatos que hayan logrado introducir aparatos de transmisión en miniatura en la sala del examen.


Fuente: Clarín

Presentan un reloj mecánico
que mide el tiempo sin agujas
 





El concepto de precisión se utiliza para expresar el grado de exactitud con la que opera una pieza mecánica. A esta descripción concluyente se ajusta el H3, un reloj de arquitectura compleja, que emplea líquidos para medir el rigor del tiempo, y que se presentó en Buenos Aires.



Esta innovación técnica se basa en dos principios reactores: movimiento mecánico y módulo de fluido. Su construcción se inspiró en el deseo de una representación lineal del tiempo.

A simple vista, es una compleja unidad de pistones, perillas y capilares que hacen pensar que se necesita un catálogo para cumplir el ejercicio de medir la hora. Sin embargo, basta unos momentos para acostumbrarse a la lógica que plantea su diseño. El espacio central del H3 opera un dial giratorio con 4 caras dispuestas a lo largo del tubo de visualización. Cada una de estos cuadrados se graduó con 6 horas, permitiendo así mostrar las 24 horas del día.

Este reloj cambia la percepción con la que se mide el tiempo, ya que también marca el paso de las horas transcurridas. Los líquidos (hay uno de color ámbar y otro traslúcido) hacen las veces de agujas.

“Concebir un reloj resistente al agua llevó 200 años, y ahora metemos un fluido en el interior de un reloj. Eso es algo que nadie hubiera imaginado. El líquido que viaja por los capilares despierta emoción y vuelve humano a su mecanismo”, señala uno de sus creadores.

Diseñado por HYT, el H3 fue presentado a nivel mundial en la feria de relojería Baselworld 2015, en Basel, Suiza. Lo hacen a pedido. Este año fabricaron 15. Vale 300 mil dólares.


Fuente: Clarín

Ciencia práctica: el conocimiento que
ayuda a resolver problemas cotidianos
 





Se calcula que diariamente se tiran sólo en la ciudad de Buenos Aires más de 1.000.000 de envases descartables. El dato no es menor si se tiene en cuenta que el plástico del que están hechos (el polietilen-tereftalato o PET) tarda 150 años en degradarse a la intemperie y aún más si está enterrado.

Rosana Gaggino, investigadora adjunta del Conicet, y colegas del Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) lograron metamorfosear esas botellas plásticas en ladrillos. En Tucumán, un grupo de científicos del Instituto de Biodiversidad Neotropical desarrolló un índice de la "salud" del agua a partir de cuatro insectos naturales de la zona. En Mar del Plata, investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional de Mar del Plata diseñaron un detector de contaminación con monóxido de carbono que podría salvar miles de vidas. En el Sur, científicos del Cenpat transformaron un alga invasora que llegó desde Japón (y ya se transformó en plaga) en un alimento con interesantes cualidades nutritivas. En Jujuy, conocimiento reunido sobre la biología de la vicuña silvestre permitirá la explotación de su lana preservando la especie, que hasta no hace mucho estaba en peligro de extinción.

Aunque no dejan de hacer ciencia básica y de publicar en revistas internacionales, éstos son sólo algunos de los equipos del sistema científico que también aportan su conocimiento para la solución de problemas prácticos. Según datos del Conicet, durante el año pasado este tipo de desarrollos creció un 45% respecto del año anterior. Se generaron 87 nuevas solicitudes de patentes, en las que participaron 122 inventores.


Fuente: La Nación

La cooperación 




* Por Adrián Paenza

¿Cuán dispuestos estamos a cooperar? ¿Cuán generosos somos? ¿Hay alguna forma de medirlo?

Para aquellos que tenemos el privilegio de tener casa propia, trabajo, salud, educación, ropa, independencia... hay ciertos temas que parecen no figurar en la agenda. Quizá suceda porque los adultos, a partir de un cierto momento, no tenemos más que dar explicaciones. La propiedad privada genera una necesidad de defender el objeto, algo adquirido es un bien que debe ser protegido.

Pero al vivir en comunidad, al coexistir con otro grupo de personas, o mejor dicho, al coexistir con personas así, “a secas”, aparecen los bienes comunes, los bienes de los cuales somos todos un poco dueños. Y esos bienes también hay que cuidarlos, pero empiezan a aparecer distintos grados de compromiso. En todo caso, lo que no hago yo lo debería hacer otro, o el otro. Y puede que yo ahora no tenga tiempo o no tenga ganas o sencillamente, no me interese.

Quiero poner un ejemplo que viví hace muchísimos años. No estoy seguro de que el caso sea pertinente al tema que estoy desarrollando acá, pero me tropecé con él en mi cabeza en los últimos días varias veces. No es nada espectacular como para merecer tanto preámbulo, pero sí sé que en su momento me impactó mucho.

Durante mucho tiempo compartí una oficina en el segundo piso de lo que para mí/nosotros era “la Facultad”: Exactas, UBA. La oficina era pintada cada tanto por personal de maestranza de la facultad. Esa porción del segundo piso era de todos nosotros, nuestro lugar común, nuestro hábitat. A nuestra oficina la habitábamos no sólo los profesores, docentes auxiliares, sino también venían alumnos. Todos los días, era el lugar de encuentro. Poca luz y la mayoría de las veces, artificial. Mucho frío y, a la vez, mucho calor. De todo. Baños en condiciones difíciles. Allí vivíamos.

Un día, uno de los alumnos entró para hacer la revisión de su examen. Algo habitual. Se generaba una larga cola de alumnos que esperaban hacer su revisión, que los docentes volviéramos a mirar lo que habíamos corregido y la mayoría de ellos querían disputar el puntaje que los docentes habíamos usado para calificar el tal examen o, en todo caso, discutir nuestro punto de vista.

Un día, entró un alumno a discutir su nota. Fumaba. Mucho. Y muy nervioso. Me ofreció sus argumentos y yo le devolví el examen, después de revisarlo, diciéndole que creía que estaba equivocado, que la corrección estaba bien y que no podía modificar la nota.

El, parado al lado del pizarrón, tomó nuevamente el examen y empezó a leerlo. Puso su espalda contra la pared, para no tener que hacer fuerza con su cuerpo, y en ese momento dobló la rodilla derecha y apoyó el zapato en la pared mientras tiraba las cenizas de su cigarrillo en el piso.

Aquí me quiero parar. Es obvio que no recuerdo su nombre, ni siquiera su cara. Solo sé que me quedé mirándolo de la cintura para abajo, sabiendo que ni bien se retirara de la pared habría una huella inscripta: el zapato quedaría registrado. No hablemos de las cenizas porque a los efectos de esta historia es irrelevante, pero la huella del zapato... no... la huella quedó marcada en la pared amarilla. “Eso sí que no. Ese fue mi límite”.

Lo interrumpí y le dije: “¿Vos hacés eso en tu casa?”. Me miró sorprendido porque no entendía bien lo que le estaba diciendo. “Sí –seguí yo–, ¿vos actuás de esa forma en tu habitación o en el living de tu casa?”

Seguía sin entenderme, hasta que le dije que se corriera de donde estaba. Se movió un poco y, por supuesto, tuvo que sacar el pie (y el zapato). Yo sabía lo que había abajo y le mostré inmediatamente la huella. Ya no había más sorpresa, ahora había entendido.

¿Cuántas veces obramos así? Y no me refiero a ustedes, sino a nosotros. ¿Cuántas veces por día somos desatentos y desconsiderados con lo “nuestro”, lo que es de “todos”, por lo que termina siendo de “nadie”?

Aquí es donde yo debería detener lo que estoy escribiendo y darle tiempo a que usted, si tiene ganas, reflexione sobre mi ejemplo. Como habrá advertido no tiene tanto valor en sí mismo, salvo... salvo... que a usted la/lo haya llevado a buscar sus propios ejemplos, aquellos que involucran a otros que están cerca suyo, pero a usted también.

Un paso más

En el año 1984, la revista Science 84 intentó pulsar cuán “buenos” o “solidarios” somos. No es fácil, obvio. Y trató de hacerlo de la siguiente forma. En el número que correspondía a la edición de octubre de ese año (1984), sus lectores fueron invitados a que mandaran un sobre a la editorial que contuviera un papel con uno de estos dos números escritos: 20 o 100. Si el lector que había mandado el sobre había escrito 20, la revista le mandaría a su casa un cheque por 20 dólares. En cambio, si había escrito 100, habría de recibir un cheque con 100 dólares.

A esta altura usted debe estar pensando lo mismo que pensé yo: ¿quién, en su sano juicio, habría de escribir el número 20? Bien. Es que no me dio tiempo de terminar las condiciones del problema: cada lector estaba libre de escribir cualquiera de los dos números, pero si entre todos los lectores que enviaran sobres el 20 por ciento o más de ellos había escrito el número 100, entonces, nadie recibía nada. Para que cada uno recibiera un cheque con el importe equivalente al número que había escrito, lo que tendría que haber pasado es que los sobres que tenían escrito 100 tenían que ser estrictamente menos del 20 por ciento de los lectores.

Ahora se advierte que las condiciones eran diferentes. ¿Qué hacer?

¿Qué hubiera hecho usted? En realidad, antes de que siga con la historia, lo interesante sería que usted se planteara qué habría hecho si hubiera sido uno de los que habrían de mandar un sobre, o si prefiere, traslademos la pregunta al acá y ahora. ¿Qué haría usted hoy? ¿Escribiría 20 o escribiría 100?

Lo que sucedió hace 30 años es irrelevante. Más aún: lo que pasó en ese caso particular no tiene nada que ver con nosotros y ahora. En todo caso, será un caso más. Lo interesante sería ser capaz de pulsar qué es lo que haríamos nosotros, o mejor dicho, qué es lo que haría usted... o yo.

Sigo con la revista Science. Si todo el mundo hubiera enviado un sobre con el número 20, todos habrían recibido los 20 dólares. Y como dice William Poundstone, autor del libro en donde leí el caso, siempre hay lugar para que algunas personas se exhiban como más codiciosas y por eso anotan el número 100.

De todas formas, todos hubieran obtenido el equivalente en dólares de lo que habían anotado en la medida en que este grupo no fuera demasiado grande. Lo que sucede es que si mucha gente quiere 100 y no está dispuesta a ceder por el bien de todos, entonces todo el mundo se queda con nada.

Al mismo tiempo, si son muchos quienes participan, el hecho de que una persona escriba el número 100 no parece modificar el resultado final y, por lo tanto, no deja mucho lugar para la culpa. Cada uno de ellos puede pensar: “No puede ser que mi sobre, mi número, mi voto sea tan significativo que altere lo que les pase a todos. Yo escribo 100 ¡y listo!”

Si uno se pusiera en la mente de quien va a escribir 100, podría imaginarle el siguiente razonamiento: “O bien la probabilidad de que los que escriban 100 va a estar por debajo del 20 por ciento, por lo que mi número no va a cambiar nada, o bien el porcentaje va a ser mayor que el 20 por ciento y en ese caso, mi voto, mi opinión, tampoco va a cambiar nada”.

Es decir, en la mente de quien piensa en forma individual, las justificaciones y/o explicaciones que puede encontrar son múltiples... y todas valederas (para él o ella).

La editorial que publica la revista, la Asociación Norteamericana para el Avance de la Ciencia, buscó protección. Pensando en que podía ser que tuviera que terminar pagando lo que prometía, intentó convencer a una de las compañías aseguradoras más importantes del mundo: Lloyd, en Londres. Uno de los periodistas de la revista, William F. Allman, ofreció sus futuros sueldos como colateral para garantizar el pago. Ninguno de los dos casos prosperó. Ni Lloyd aceptó extender una póliza que le permitiera a la revista recuperar el dinero en el caso de que su sospecha sobre la generosidad de la sociedad en la que vivimos fuera equivocada, ni Allman tuvo que aportar sus salarios. A último momento, la revista decidió hacer la misma encuesta que tenía pensada pero solamente en forma simbólica, sin dinero involucrado. Claramente, esa decisión cambió todo. Por supuesto que los lectores supieron del cambio y ya, el experimento como tal, dejó de tener valor (al menos para mí).

Los resultados fueron estos: participaron 33.511 personas. De ellas, 21.753 pidieron $20 y 11.758 los temidos $100. Por lo tanto, en términos de porcentaje, eso significó que más del 35 por ciento anotó el número 100. Con los resultados a la vista, la revista ¡no hubiera tenido que pagar nada! Pero claro, era demasiado tarde. Igualmente, el caso termina siendo testimonial y provocador.

Aunque el resultado hubiera sido distinto, nada diría de lo que nos sucedería a nosotros como sociedad ni entonces ni ahora. Los ingleses son distintos de los argentinos, y si no, basta ver lo que hacemos nosotros en partidos de fútbol. Ya sé, ésa es otra historia... pero no esté tan seguro.

Quiero agregar algo más que dijo en su momento Isaac Asimov, uno de los escritores de ciencia ficción más populares (y prestigiosos) de la historia. Cuando se enteró de la encuesta, al saber que no habría de haber dinero involucrado, Asimov dijo: “A un lector usted le pide que anote 20 dólares y él/ella mismo/a se vean como buenas personas o que pida los 100 dólares y se considere a sí mismo como no tan bueno. ¿Quién escribiría 100?”.

Es obvio que no pretendo sacar ninguna conclusión con estas líneas sino invitar a pensar. ¿Cómo somos? ¿Qué creemos ser? ¿Cuán buenos creemos que somos? ¿Cuán generosos creemos que somos? Supongo que a usted se le ocurrirán preguntas mejores. En todo caso, acá no termina nada... sino que, en todo caso, queda abierta la discusión. Usted, ¿qué piensa?

Fuente: Página 12

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