En esta emisión, contamos con la participación de José Villadeamigo, Magister en Economía (UBA), Profesor Libre de la UBA y Egresado de Escolatina (Chile), y de Luciano Cianci, Ingeniero y Doctorando (FIUBA), para exponer las investigaciones realizadas por el Programa Interdisciplinario de la Universidad de Buenos Aires sobre Desarrollo Industrial, Agropecuario y de Obras y Servicios Públicos (PIUBAD).
Para comenzar, Villadeamigo reflexionó sobre la creación del PIUBAD. "Fue muy interesante que la UBA creara un programa interdisciplinario sobre desarrollo; de hecho, creo que es la primera vez que la universidad encara este tipo de investigaciones. El carácter de interdisciplinario interpreta perfectamente la esencia de los estudios y las exigencias que plantea el desarrollo. Es imposible pensar que el desarrollo económico pueda llevarse a cabo sin un abordaje interdisciplinario; es fundamental la colaboración entre especialidades de la ciencia", afirmó.
Al mismo tiempo, Villadeamigo agregó que "el PIUBAD había sostenido en sus fundamentos que la elaboración de este tipo de estudios y la consecución de conclusiones importantes eran algo especialmente valioso; y la universidad puede hacer este tipo de aporte a la sociedad. La otra cuestión que cabe señalar es que el tema de
desarrollo fue específicamente tratado en el pasado (décadas de 1950 y 1960) y fue incluida en la teoría económica después de la Segunda Guerra Mundial. (...) La cuestión del desarrollo aporta elementos para el gobierno de los países latinoamericanos; no había país en los 60's y 70's que no tuviera un programa de desarrollo con los instrumentos necesarios para su aplicación. En aquel entonces, lo importante era la planificación, la programación económica. (...) En Argentina, tuvimos programas de desarrollo: los planes quinquenales del gobierno peronista, el plan de CONADE durante el gobierno de Illia, y el plan trienal de desarrollo y crecimiento hasta mediados de los 70's. Si bien la cuestión de la planificación nunca fue dejada de lado, en realidad quedó en un muy segundo plano; dentro de la teoría económica, hubo un intento de desplazar a la teoría keynesiana y volver a lo que Robinson llamó el "pre-keynesianismo después de Keynes". Esto luego se conoció como la Nueva Macroeconomía Clásica: aquella sostenía que la macroeconomía debía basarse en fundamentos microeconómicos. La Nueva Macroeconomía Clásica no constituyó la continuación del keynesianismo, así como el monetarismo tampoco se constituyó como sucesor del keynesianismo. La Nueva Macroeconomía Clásica no ha logrado el mismo consenso que sí había logrado el keynesianismo en la posguerra".
desarrollo fue específicamente tratado en el pasado (décadas de 1950 y 1960) y fue incluida en la teoría económica después de la Segunda Guerra Mundial. (...) La cuestión del desarrollo aporta elementos para el gobierno de los países latinoamericanos; no había país en los 60's y 70's que no tuviera un programa de desarrollo con los instrumentos necesarios para su aplicación. En aquel entonces, lo importante era la planificación, la programación económica. (...) En Argentina, tuvimos programas de desarrollo: los planes quinquenales del gobierno peronista, el plan de CONADE durante el gobierno de Illia, y el plan trienal de desarrollo y crecimiento hasta mediados de los 70's. Si bien la cuestión de la planificación nunca fue dejada de lado, en realidad quedó en un muy segundo plano; dentro de la teoría económica, hubo un intento de desplazar a la teoría keynesiana y volver a lo que Robinson llamó el "pre-keynesianismo después de Keynes". Esto luego se conoció como la Nueva Macroeconomía Clásica: aquella sostenía que la macroeconomía debía basarse en fundamentos microeconómicos. La Nueva Macroeconomía Clásica no constituyó la continuación del keynesianismo, así como el monetarismo tampoco se constituyó como sucesor del keynesianismo. La Nueva Macroeconomía Clásica no ha logrado el mismo consenso que sí había logrado el keynesianismo en la posguerra".
En función de lo anterior, Villadeamigo sintetizó los objetivos principales del PIUBAD. "Las investigaciones que hemos llevado a cabo tratan de responder a lo siguiente: a) conseguir que la Argentina retome el sendero de crecimiento y desarrollo de largo plazo; b) para conseguir aquel crecimiento y desarrollo, la industrialización constituye un elemento indispensable. En base a eso, estamos haciendo estudios que implican: i) cómo hacer para que el proceso de industrialización continúe de una forma integrada; ii) cómo hacer para que la producción industrial alcance un nivel de efectividad, de competitividad, que le permita a la Argentina competir en los mercados internacionales, pero preservando el mercado nacional; iii) cómo hacer para que este proceso de industrialización supere las trabas que todavía tiene", concluyó.
En ese sentido, Cianci destacó una de las investigaciones que se llevó a cabo en el PIUBAD, en la que se "involucró el estudio del proceso de industrialización en la Argentina desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Hubo fuertes retrocesos en los períodos de primacía del pensamiento económico ortodoxo. Creemos que la industrialización es posible si te toman algunas medidas económicas que estamos esbozando. Por ejemplo, nos parece importante que las políticas económicas integren tres niveles de acción -macro, meso y micro- y que estén integrados a renovadas capacidades para la planificación. Es imprescindible que la planificación vuelva a tener un lugar importante en las políticas públicas a nivel económico e industrial".
Como consecuencia de lo anterior, "eso nos lleva a la reformulación de un concepto central para la industrialización: la competitividad. En general, no se lo aborda con la profundidad que requiere o algunos análisis quedan sesgados. Por ejemplo, no se puede pensar la competitividad si no se piensa en tecnología. El Foro Económico Mundial tiene un abordaje particular de la competitividad a nivel de países: se analiza el comportamiento ético de las empresas y el peso de la regulación gubernamental. El primero resulta ser un criterio demasiado etéreo, difícil de medir en términos técnicos; el segundo da cuenta de una inclinación ideológica ya que la mayor regulación gubernamental constituye un perjuicio en términos de competitividad, lo cual es claramente cuestionable", agregó Cianci.
Finalmente, "lo que concluimos es que, cuando se habla de competitividad, sólo se aborda el plano macroeconómico. Por ejemplo, en nuestro país es muy común que cuando se habla de competitividad surja en la cabeza el tema del tipo de cambio. Está bien incluir ese factor, pero no es el único y menos para un país que no está dispuesto a ser competitivo en el mundo bajando salarios relativos, sino que busca el cambio estructural, el desarrollo tecnológico y una competencia que no implique deterioro social. Entonces, nuestro abordaje no sólo pone el foco en la competitividad macroeconómica, sino también en lo que llamamos competitividad productiva", planteó Cianci.
No hay comentarios:
Publicar un comentario